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En esta guía, te llevaremos a través de los pasos esenciales para pintar una puerta como un profesional, desde la preparación hasta el toque final.
Antes de comenzar, asegúrate de que la puerta esté limpia y seca. Retira manijas, cerraduras y cualquier otro accesorio. Cubre el suelo con plástico o periódicos para evitar manchas innecesarias.
Usa papel de lija para suavizar la superficie. Esto facilitará que la pintura se adhiera de manera uniforme. Presta especial atención a áreas rugosas o descascaradas.
Ideas para pintar puertas viejas
Elimina el polvo generado por el lijado con un paño húmedo. Asegúrate de que la puerta esté completamente seca antes de pasar al siguiente paso.
Aplica una capa de imprimación para mejorar la adherencia de la pintura y garantizar un acabado duradero. Deja que se seque según las instrucciones del producto.
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Elige una pintura de calidad que se adapte a tus necesidades. Acrílica o esmalte son opciones populares para puertas. Utiliza pinceles de calidad para un acabado más suave.
Aplica la pintura en capas delgadas y uniformes. Deja secar cada capa antes de aplicar la siguiente. Presta atención a las esquinas y bordes para un acabado limpio.
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Una vez que la pintura esté completamente seca, vuelve a montar los accesorios. Inspecciona la puerta en busca de áreas que puedan necesitar retoques. ¡Tu puerta lucirá como nueva!
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