Barrer, trapear, lavar la loza y tender la ropa son labores que, por más que toque hacerlas, siempre serán un sacrificio; no en vano, sea con nuestra pareja o nuestra familia, buscamos la manera repartirlas bien y hacerlas menos tediosas. ¿Cómo lograrlo? Estos 10 trucos seguro te ayudarán.
Si eres de los que en primer lugar limpia el polvo o la tierra de los muebles, estás haciendo las cosas de manera incorrecta. Primero barre, pues el mugre que se levanta puede acabar, de nuevo, en los muebles.
En el momento de saber ¿cómo hacer el aseo? limpiar el polvo, luego de haber barrido, la recomendación es hacerlo de arriba a abajo. De lo contrario, al repasar las zonas superiores, ensuciarás las inferiores.
En ocasiones, es mejor hacer un aseo profundo cada 7 días, que limpiar de poco día tras día. De hecho, esta es la principal recomendación en tareas como lavar la ropa: así ahorras agua y tiempo.
Por lo general, los días en los que más desaseo se hace son los fines de semana, por lo que ponerse a pensar cómo limpiar un sábado o un domingo es poco recomendable. Hazlo mejor un lunes.
Si hay un espacio que debemos tener limpio es ese en el que más tiempo pasamos. Entonces, a la hora de hacer limpieza en casa, comienza por tu habitación. De hecho, puede ser la que menos tiempo tome.
La mejor fórmula para que hacer aseo no te deje exhausto es ser más consciente en tu cotidianidad. Una forma de ello es no acumular la loza en el lavaplatos y lavar las piezas de cocina una vez acabes de comer.
Barrer a diario y trapear cada dos días -a excepción del baño- puede implicar que con fregar el piso de tu casa una vez a la semana, baste. De ti depende ahorrar esfuerzo.
Crea tu propia rutina de aseo y busca hacerla lo menos aburrida posible. Planchar mientras ves series puede ser una buena alternativa. Estirar y doblar bien la ropa luego de retirarla del tendedero hará menos escabrosa la labor de plancharla.
El baño y la cocina, particularmente, tienen una ventaja: los puedes limpiar y acomodar sus elementos cada vez que estás haciendo algo en ello, como cepillarte los dientes o cocinar. Te tomará dos minutos.
Son útiles cuando tienes visitantes, aunque los puedes dejar de manera permanente. Los forros evitarán que tu sofá se llene de restos de comida o se dañe con una mancha de grasa, por ejemplo.
