Tip 1: Con vinagre
- Mezcla partes iguales de agua tibia y vinagre blanco en un pulverizador. Asegúrate de que el vinagre esté diluido, ya que el uso puro puede ser demasiado fuerte para algunos tipos de vidrio o acabados.
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El problema, es que en muchas ocasiones dejamos a un lado las puertas o ventanas de vidrio que tenemos en casa. Si tienes puertas o ventanas de vidrio con esas molestas manchas, acá te enseñamos a cómo limpiar los vidrios y quitarlas fácilmente con estos 3 tips.
- Mezcla partes iguales de agua tibia y vinagre blanco en un pulverizador. Asegúrate de que el vinagre esté diluido, ya que el uso puro puede ser demasiado fuerte para algunos tipos de vidrio o acabados.
- Pulveriza la solución sobre el vidrio de manera uniforme. Si tienes manchas difíciles, puedes rociar un poco más de solución en esas áreas.
- Usa un paño de microfibra limpio y seco para limpiar el vidrio en movimientos verticales u horizontales. El vinagre ayudará a descomponer la suciedad y eliminará manchas y marcas.
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- Haz una pasta con bicarbonato de sodio y agua. La consistencia debe ser similar a la de un dentífrico.
- Aplica la pasta sobre las manchas o áreas sucias del vidrio y déjala actuar durante unos minutos. El bicarbonato de sodio ayuda a aflojar la suciedad y las manchas más resistentes.
- Luego, frota suavemente el vidrio con un paño de microfibra limpio y húmedo hasta que la pasta se haya eliminado por completo. Enjuaga el vidrio con agua limpia y seca con otro paño limpio.
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- Asegúrate de que el limpiador de vidrio que utilices sea adecuado para el tipo de vidrio que estás limpiando y que no contenga ingredientes dañinos o abrasivos.
- Pulveriza el limpiador de vidrio sobre la superficie de manera uniforme. Lee las instrucciones del producto para obtener la mejor orientación sobre la cantidad y el tiempo de acción.
- Limpia el vidrio con un paño de microfibra limpio y seco, siguiendo movimientos verticales u horizontales hasta que se eliminen las manchas y el vidrio quede limpio y transparente.
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Independientemente del método que elijas, siempre asegúrate de que el vidrio esté completamente limpio y libre de cualquier solución o residuo después de la limpieza. Utilizar paños limpios y suaves evitará que queden rayas o pelusas en el vidrio. Además, evita limpiar vidrios bajo la luz solar directa, ya que esto puede provocar que los limpiadores se sequen rápidamente y dejen marcas en la superficie.