Defectos de fabricación que no permitan el adecuado funcionamiento del artículo. No aplica daños causados por el mal uso, modificaciones, daño físico por mal almacenamiento y manipulación (rayones, golpes, entre otros). Aplicación de líquidos (aceites, solventes, pinturas, ácidos, entre otros) que no han sido autorizados y avalados por el fabricante. Esté expuesto al fuego. El desgaste natural del producto, sus componentes y partes.